Reflexionar en alto: uno de
los problemas de estos dirigentes políticos, es que solo piensan en
conseguir más seguidores en sus redes sociales.
Quiero pensar que en
alimentación, no estamos en el todo vale. Tenemos grandes retos en los próximos
años, nada fáciles para el panorama nacional de pequeñas y medianas empresas de
estilo aun tradicional. La actuación llevada a cabo por todos nosotros para
garantizar el servicio de cara al consumidor de productos inocuos ha sido
efectivo para recuperar la confianza de los consumidores.
La semana pasada charlando con un
cardiólogo de Salamanca, que lleva años dando clase en la USAL y en otras
muchas universidades de España, y actualmente en activo, me pregunto qué
pensaba sobre el Nutriscore, directamente y con una sola palabra comente
“una insensatez”, a lo que el Dr. añadió que desaconsejar alimentos tan sanos
como el aceite de oliva no podía permitirse en España.
Comentamos también que en la actualidad
hay nuevas tendencias en la alimentación que “rechazan” el uso de la carne y lo
sustituyen por vegetales, me puntualizaba “una cosa es el vegetariano o vegano
por cuestiones morales y otra muy diferente el que lo es, por
modas”. Comentamos que es absurdo, el hombre es omnívoro desde hace
millones de años y, al igual que es necesario comer fruta y verdura, también lo
es comer carne o pescado varias veces a la semana.
Ya sabréis como continuaba esta conversación
... “como cardiólogo puedo recomendar que podría comer pero no haría una dieta,
con pautas que debe prescribir un endocrino”, las redes y los influencer hacen
dietas, después de varios cursillos o de llevar una vida ligada al deporte o a
la comida “saludable”, pues somos un país de libre opinión en el que no todos contrastamos la veracidad de lo que se comenta, sino que
simplemente nos dejamos llevar. Digamos que somos muy fáciles de convencer y
menos listos de lo que creemos.
Nuevamente opino en contra del
“Nutriscore”, me sigue pareciendo una barbaridad para la dieta mediterránea y claramente no defiende la protección como consumidores. Solo tiene en cuenta unas pocas características de los
alimentos, como las calorías que aporta el alimento y ese valor, color o letra,
que en mi opinión, no es un indicativo suficiente como para llenar la cesta de
la compra.
Vuelvo a mencionar como Agrónomo que
tenemos alimentos, como el Aceite de Oliva o el Jamón Ibérico que serán
catalogados de forma insensata, por debajo de su valor nutricional, la clave como en todo
es “la cantidad” de su consumo.
Por supuesto que los nutricionistas pueden declarar que el aceite de oliva engorda, pero es la grasa mundialmente más reconocida por todos científicos incluidos los cardiólogos, como la más saludable que existe, ¿Quién se atreve a comentar que no hay que consumirlo?. Por otro lado del Cerdo Ibérico se dice que es una “oliva con patas”, lo importante es “la cantidad” consumida en nuestra dieta, pero la grasa es más saludable en comparativa.
Solo se va a
conseguir confundir al consumidor, despistar a la hora de elegir lo que consumir. Estamos intentando definir fraude alimentario, pero alguien se
plantea que las leyes que se dictan en España no ayudan. Ni siquiera es una
Directiva Europea y aparece en el congreso de los Diputados "otra ley de
colores" que potencia el uso agresivo del marketing alimentario.
Os dejo un ejemplo, consumidora habitual, COCA
COLA ZERO, repito me encanta y decido consumirla, conociendo sus ingrediente y etiquetado. Es un refresco lleno de colorantes,
edulcorantes y saborizantes artificiales pero como no aporta a la dieta azúcar, ni grasa, es súper saludable aquí os dejo su etiquetado.
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