Como consumidores
preocupados por lo que comemos, siendo entendidos en esto de traducir
etiquetas y conocedores de que el marketing de la industria
alimentaria nos enloquece con nuevos productos, ademas del creciente interés por saber que es lo que consumimos en pro de una alimentación saludable, aparecen las "etiquetas limpias", cuantos menos "E" existan en los ingredientes mas consumo.
Desde la OCU nos animan a
denunciar etiquetado que a nuestro parecer es engañoso, cada día hay nuevas
publicaciones os animo a seguirlo,
#etiquetastrampa, nos abruman en los lineales con productos “tradicionales”,
“artesanos”, “puros”, “vírgenes”, “frescos”, “jugosos”,
“naturales”, “auténticos”, “caseros”, “sanos”, "extra tiernos".
Asumamos que la tendencia actual
como técnica de venta de los productos cárnicos como son los embutidos, es vender que
son “NATURALES”, “sin conservadores”, “sin colorantes”, “sin alérgenos”, pero
con alto contenido en proteínas y vitaminas (que por cierto no declaran en la
etiqueta, que han sido añadidas, ni la procedencia /origen de las mismas), un ejemplo del
mercado podría ser un “Natur - Chorizo extra”, el nombre nos recuerda a la famosa empresa experta en tratamientos para adelgazar NATUR-“CASA”
que de natural tenia poco.
Sin embargo, la realidad es otra
diferente, a lo largo de la historia el ser humano ha intervenido en la elaboración
de los alimentos, modificándolos con una serie de tecnologías, con el fin de
aumentar su vida útil, de aumentar la rentabilidad, mejorar los perfiles organolépticos
( más sabroso, más jugoso en boca, mejor aspecto..), este es el motivo por el
cual se utilizan ADITIVOS alimentarios, algo que genera desconfianza pero que
sin su existencia no podríamos consumir producto procesados inocuos
alimentariamente.
Hemos ido pidiendo a la Industria
de la alimentación y ella nos ha ido concediendo, según muestran las estadísticas, se compra semanalmente en los mejores
casos hasta llegar a las familias que lo hacen una vez al mes, para que el
alimento sea seguro, hacen falta ADITIVOS alimentarios.
Si recordamos el pasado, podremos
imaginarnos a los hombres del paleolítico poniendo los alimentos al humo
procedente del fuego, para poder conservar más tiempo el producto, no os penséis
que es para aromatizar el producto antes de consumirlo, aprendieron técnicas que
les ayudaban a no contraer enfermedades alimentarias. Después se dieron pasos
importantes con el desarrollo de la agricultura y la ganadería, aunque posteriormente
el hombre tuvo que aprender técnicas para manipular esos alimentos y para
conservarlos, como el uso de azafrán, la
cochinilla, la sal, la vinagre, el aceite…
En la actualidad la EFSA (Autoridad
Europea de Seguridad alimentaria), se encarga de evaluar la seguridad de los
aditivos alimentarios y de las cantidades máximas permitidas. Tenemos alrededor
de 350 aditivos permitidos y regulados, sin contar con los aromas.
Está claro que cuanto más transformado
sea el producto más aditivos autorizados contendrá el producto final consumido,
si hablamos de confiterías, aperitivos salados, bebidas aromatizadas, son
productos muy procesados, sin embargo al otro lado tenemos la leche, frutas,
hortalizas frescas, carne fresca, agua!.
Ahora me preguntaría: ¿Los consumidores debemos saber TODOS
los ingredientes de los productos que consumimos sean de origen natural o no?, sabéis la diferencia que hay entre una etiqueta que indica “extracto de romero” o “E-392”,
querrán engañarnos o solo suena mas natural “etiqueta limpia”, ¿porque si se añaden stárter no
se indican?, ¿Por qué declaro proteína vegetal pero sin indicar el origen, por ejemplo guisante o simplemente me olvido de declarar lo que añado en la receta y en que proporción final esta presente en el producto?...
Aunque exista una tendencia
clara, también en el sector cárnico a elaborar producto de “etiqueta limpia” o “sin
aditivos”, ”sin colorantes”, “sin
conservantes”, parece improbable que el futuro sea ese.
La clave como consumidores pasa por tener la información
fidedigna y evitar rumores y bulos.
Comprar, comparar y elegir según vuestras necesidades, un consejo más ser consumidores exigentes, que como solían decir nadie da “duros a pesetas”.
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